Thursday, April 28, 2005

Otra parte de la historia...

...que así comenzó, como todo lo demás: con un final.

Finalmente lo logré, mis dedos pudieron tomar suficiente fuerza para comenzar a escribir todo eso que mi mente recordaba con tanta frescura, rostros, texturas y colores. Lo pensé varias veces, y aunque al principio no encontraba la razón, esta fue apareciendo poco a poco.



porqué lo hiciste?

Sunday, April 03, 2005

El silencio...

...invade la estancia, entre que todos duermen y mis oídos se han puesto en huelga no escucho nada, solamente el sordo y monótono sonido de mis dedos presionando las letras del teclado apresuradamente para poder dormir.

La luz se fue hace mucho ya, solo tengo junto a mi a la pequeña verde de batalla que me ha acompañado tantas noches que me da miedo que uno de estos días me cuente mi pasado.

Detrás de mí no hay nada, solo siento el pesado amarillo de la luz rebotando en la pared, todo ha estado inmóvil desde que llegué, al parecer yo también me quedé inmóvil hasta desaparecer por un momento en este cuarto desesperantemente tibio y picante. Volteo un poco, no hay nada, solo una muñeca de trapo que sonríe como si no tuviera problema alguno que le molestara la existencia, o como si se burlara de mí al saber que no podré dormir tranquilamente sabiendo de mi compromiso de mañana.

Pareciera que la educación de hoy en día se basa solamente en ver hasta dónde puede uno presionar a sus alumnos a que se confundan en un mar de palabras con múltiples definiciones para cientos de conceptos que son redundantemente semejantes, los cuales parecen haber salido de una mala traducción al español hecha por un taiwanés que apenas entendía el inglés, ja...la globalización.

Mi espalda empieza a picar, tal vez he tenido puesta esta ropa demasiado tiempo, tal vez es que de verdad he dejado de moverme y mis miembros empiezan a entumirse. Sigo sin entender porqué te ríes, tal vez sea por la vaca que tienes a tu espalda.

Todo sigue tan pasivo, han pasado tantos segundos y todo sigue inmóvil, sin cambiar, hasta pareciera que veo una fotografía, tan amarillo, tan denso, mate, hasta podría acariciar el aire con mis manos, todo ha perdido dimensión, carece del tan acostumbrado tercer plano y tú, te sigues riendo.

Los adornos de la estancia la hacen parecer de otros tiempos, casi puedo ver a mis abuelos sentados sobre él cómodamente platicando de obregón o tal vez recordando las historias de la Vicha y Pancho Villa...como no invadirse de nostalgia.

Las sombras empiezan a jugar con mis ojos y mi mente les hace la segunda, no sé que tanto tiempo pueda seguir confiando en mis sentidos cuando lo único que veo son sombras juguetonas tomando formas coloridamente oscuras y veloces; y lo único que siento, huelo y escucho...es nada.

Pareciera que el tiempo empieza a reducir su velocidad, hace 10 minutos que pasaron solo 2 minutos, y cada vez mas lento, empiezo a divagar en mi mente cada vez mas, me estoy perdiendo en una densa gelatina amarilla que me aísla de todo el mundo, es como si estuviera en el vientre de mi madre, todo es tibio y agradable, tan tibio y agradable que siento ganas de salir de aquí, pero sé que no me iré hasta que llegue su momento.

Ahora las ideas empiezan a llegar un poco más lento, las palabras que hasta hace poco corrían y caían como en resbaladillas ahora parece que esperan ordenadamente su turno de aparecer, sin embargo, el amarillo sigue siendo denso y tú, te sigues riendo.

Es extraño, pero ahora, el amarillo se hace un poco más brillante, es como si hubiera tomado un segundo aire y quisiera demostrar que todavía tiene ganas de iluminar mis ojos por un poco más de tiempo. La pantalla se está haciendo pequeña y alta, no lo entiendo pero creo que es hora de dejar de confiar en mis sentidos, se habrán ido a comer o de paseo, porque es obvio que aquí ya no están presentes, ahora las letras crecen, la pantalla sigue haciéndose pequeña y alta, y las letras crecen más, el silencio se apodera completamente del ambiente y es como si todo a mi alrededor estuviera conteniendo la respiración, pareciera que incluso yo la contengo. No, tú no, te sigues riendo.

Hay algo extraño en el silencio, no es un silencio normal, es como si estuviera siendo callado por un ruido blanco que trato de reconocer pero que en mi estado actual me es imposible de lograr. La pantalla ha dejado de crecer, al igual que las letras las cuales ahora he dejado de ver, las perdí, no sé donde se quedaron.

Siento la paz interior más agradable que he sentido en todo el día, es como si una bocanada de aire azul brillante me llenara los pulmones y el corazón, brilla mi interior, ahora me siento ligero y fresco, como si fuera tú y pudiera reír, creo que iré un poco contigo para que me cuentes de qué ríes...¿no? entonces tal vez tu compañera quiera contarme tu secreto, ese chiste tan picante que no quieres contar pero que te ha tenido sonriendo desde que naciste, desde que aquellas manos divinas te dieron forma y vida.

Es lo mismo, tu compañera tampoco dice palabra, simplemente ve al infinito con su mirada vacía y oscura, por lo menos tú sonríes, encuentras algo de gracia en este mundo tan pasivo que te rodea, en este cuarto, en esta gelatina. Ella no, ella tal vez se perdió como yo buscando nuevos horizontes, y ahora los ve todos ellos en sus ojos de canica, inexpresivos, insípidos, vacíos...tan desesperantemente graciosos.

La luz vuelve a tomar fuerza, mucha fuerza ¿la estaré imaginando? Volteo a buscarte, verde compañera, y al encontrarte veo que no eres tú quien ha tomado fuerza, tampoco es aquella amarilla luz de la esquina que trata de detener el tiempo, no. Esta es fuerte, es blanca, es rápida, invade todo el espacio de una manera en la que ustedes dos juntas no podrían hacerlo, borra las sombras, la pantalla ahora carece de contenido, todo es blanco ¿Hacia donde estoy viendo?

Empiezo a imaginar cientos de lugares en los que podría estar bajo esta blanca y dulce luz y pasas tú, hermosa, brillante, dulce, ligera, bailando tan alegremente como la pequeña llama de una vela que desafía al viento y baila a su ritmo, que hace bailar a todas las sombras de su entorno, ahora las espanta y ahora las atrae, y ríes.

Sigo sin encontrar significado para esta luz, pero empiezo a reconocer el escalofrío que recorre mi cuerpo, empieza por la nuca y termina en los pies, recorre toda mi espina erizándome la piel, pidiéndome a gritos que lo disfrute y me levante...

El silencio se rompe cuando se va, es como si se despidiera con un gran grito y en lugar de abrir la puerta decidiera arrancar la pared de un solo golpe, se escucha, poco a poco, se rompe, hace eco, se detiene, y explota.

El escalofrío esta apunto de alcanzar mis pies, me haz contagiado tu sonrisa, mis oídos han despertado para este evento, es como si lo hubieran estado esperando todo este tiempo, preparándose. Una leve lágrima decide saltar de su aposento para disfrutar también del espectáculo, al mismo tiempo una ligera y fresca brisa entra veloz muy cerca del suelo, reptando, buscando a su fugitivo, me alcanza, sube, me acaricia y se va veloz a continuar su búsqueda, mientras, yo permanezco tenso esperando el desenlace, el final está apunto de llegar, el tiempo no sólo recobra su velocidad sino que se acelera, mi corazón lo sigue, todos están pendientes, listos, excitados...y llega, finalmente, tan inesperado y errante como siempre que se presenta, impredecible, impaciente, imponente y arrogante, saluda y se va, tan rápido y poderoso como un orgasmo entre el viento y la tormenta, tan placentero como estar contigo, tan, tan...fugaz. Está lloviendo y tú...sigues sonriendo y yo, también.